James Naismith
1. LA YOUNG MEN’S CHRISTIAN ASSOCIATION
Norbert Elias, en un ensayo sobre el deporte y la violencia, afirma que la mayoría de los deportes —como los buenos vinos— necesitan tiempo para lograr su punto óptimo. Es raro, asegura Elias, que alguien invente un deporte que sea aceptado rápidamente. Por supuesto, anota la excepción del básquetbol, inventado en 1891 por James Naismith, en Springfield, Massachusetts (ELIAS, 1992:193).
Dicha novedad, que no es exclusiva del básquetbol, sino que también incluiría al voleibol y a otros deportes de salón, no ha sido interrogada hasta la actualidad. Las condiciones históricas, sociales, institucionales (educativas, deportivas, etc.) de la invención del básquetbol han quedado sumergidas por las explicaciones tranquilizadoras de un mito que resiste la indagación.
El mito, como siempre, recurre a la ficción del individuo y a una versión de rápida aceptación. Naismith habría inventado el básquetbol para que los estudiantes del Campo de Entrenamiento de la Young Men’s Christian Association tuvieran un deporte para practicar en los fríos inviernos de Massachusetts.
La versión dice poco sobre aquel célebre estado de Nueva Inglaterra, sobre la Young Men’s Christian Association, o del clima de efervescencia social, económica, cultural que caracterizaba a los centros urbanos de Massachusetts (Boston, Worcester, Springfield, Cambridge, etc.) hacia fines de siglo XIX.
Si pretendemos profundizar acerca del nacimiento del básquetbol y, especialmente, sobre su rápida expansión y difusión por todo el mundo, debemos explorar aquel escenario, junto a las claves de su productividad.
Massachusetts constituyó, desde el siglo XVII, uno de los centros político, económico e intelectual más importante de Norteamérica. Ingresó en la Unión en 1788 como el sexto de los trece estados fundadores y desempeñó un papel importante en la lucha por la independencia nacional.
Quizá, una de las claves del espíritu de Springfield podamos hallarla en la particular conjunción histórica que progresaba en Nueva Inglaterra en los umbrales de siglo veinte. Colonizada por peregrinos y puritanos, quienes impregnaron desde entonces la cultura y las instituciones de la región, Massachusetts brilló por su inconmensurable vocación misionera junto a los símbolos más genuinos de la modernidad.
En 1845, Domingo F. Sarmiento, visitó Nueva Inglaterra para conocer el corazón del modelo educativo norteamericano, con epicentro en Boston, y cuyo representante ilustre se llamó Horace Mann. Allí, el padre de la escuela argentina, quedó fascinado por la efervescencia y el dinamismo religioso del puritanismo norteamericano que impulsaba la educación, la cultura, los negocios, y muchos ámbitos diversos de la sociedad civil.
“Estos emigrantes del norte —escribe Sarmiento luego de su viaje— disciplinan las poblaciones nuevas, les inyectan su espíritu en los meetings que presiden y provocan; en las escuelas, en los libros, en las elecciones y en la práctica de todas las instituciones norteamericanas. Las grandes empresas de colonización y ferrocarriles, los bancos y las sociedades, ellos las inician y llevan a cabo. Así es que la barbarie producida por el aislamiento de los bosques, y la relajación de las prácticas republicanas introducidas por los emigrantes, encuentran en los descendientes de los puritanos y peregrinos un dique y un astringente.” (SARMIENTO, 1886)
Aquel misionariado de puritanos, peregrinos, cristianos transformaba el paisaje social sobre las bases de un programa que incluía devoción religiosa, espíritu asociativo, laboriosidad, competencia y productividad.
El ímpetu transformador que caracterizó a aquellos grupos protestantes, que tomaron un gran impulso hacia fines del siglo XIX y principios del XX, desempeñó un papel central en la creciente complejización de la vida urbana y la rápida industrialización.
La renovación religiosa, que alcanzó su expresión mayor en el deísmo , representó el punto de conjunción en el cual el antiguo credo protestante pudo coincidir con la cientificidad moderna para desplegar una voluntad reformadora con pretensión universal.
Ahora bien, es preciso explicar como en aquel clima impregnado de puritanismo e intelectualismo pudo surgir y expandirse rápidamente el deporte en todo el ámbito escolar.
Max Weber, en su célebre texto sobre la ética protestante (WEBER, 1951), sostiene que en los Estados Unidos de América, donde el puritanismo tuvo su mayor arraigo, el espíritu ético religioso que impulsó el afán de lucro y el utilitarismo indispensables para el desarrollo del capitalismo fue reemplazado, tras su laicización, por “pasiones puramente agonales”, como las del deporte.
La Young Mens’s Christian Association puede ser ubicada, si seguimos a Weber, como un punto bisagra en aquel proceso de laicización. En 1851 había sido creada en Massachusetts y dos años después su filial de Springfield diseñó y patrocinó el primer programa de ejercicios físicos y salud. En 1885 abrió la escuela para trabajadores cristianos y en 1890 creó el Springfield College.
En las instituciones de la YMCA fueron inventados, además del básquetbol, el voleibol (en Holyyoke, 1895), el water polo (en Springfield, 1891), el estilo crol en la natación y, en 1895, la YMCA de Latrobe en Pennsylvania, patrocinó los primeros equipos de fútbol profesionales.
El Springfield College, como otros colegios de la YMCA, había comenzado a utilizar los deportes ingleses como parte de sus programas educativos. El fútbol y el rugby, especialmente, los cuales progresaron hacia una variedad local que luego se convertiría en uno de los deportes más populares: el fútbol americano.
Primer team (Springfield College - 1891)
2. FILANTROPÍA, INTERVENCIÓN SOCIAL Y DEPORTE
Durante el siglo XIX, tanto en Estados Unidos como en Europa, se produjo una gran expansión de la actividad filantrópica que iba de la mano de la creciente industrialización y la formación del proletariado urbano.
La filantropía, desarrollada por los sectores acomodados, por las sociedades religiosas, por las grandes fortunas, etcétera, pasará del ámbito privado al público cuando se constituya en el interior del Estado, la ayuda social. (Donzelot, 1990).
Más allá de su aspecto humanístico, debemos ver en aquella vocación filantrópica un elemento fundamental en la promoción y normalización de los sectores que progresaban en el escenario social norteamericano de fin de siglo.
Los ámbitos (asociaciones, escuela, clubes, etc.) y las tecnologías de intervención que aportaba el misionariado religioso luego de la guerra civil y la abolición de la esclavitud adquirirían una importancia central en la configuración de nuevas instituciones sociales y de nuevas formas de la subjetividad.
Una gran cantidad de problemáticas surgía en aquel escenario. Al compás del desarrollo industrial se desplegaba un conjunto de transformaciones que reformularían la geografía social norteamericana del siglo XIX.
Dichas problemáticas (migraciones internas, rápido crecimiento del trabajo industrial y desarrollo de una gran clase media urbana, formación del gueto negro en las grandes ciudades del norte, etc.) irrumpen en el ámbito nacional, en un contexto de estigmatización racial y desarticulación de las formas antiguas de la sociabilidad.
La Young Men’s Christian Association, heredera del antiguo espíritu peregrino, supo renovar su tecnología evangelizadora, al tiempo que aportaba una absoluta novedad.
La YMCA fue pionera en la utilización de los deportes como instrumento de evangelización y de intervención social. El primero que se utilizó fue el fútbol, como veremos, el cual triunfará luego de una rápida evolución.
Hacia las últimas décadas del siglo XIX, ya lo hemos dicho, la YMCA desarrollaba programas de salud y ejercicios físicos en Springfield, dirigidos a sectores de la clase trabajadora. Más tarde, comenzará a focalizar su acción en la formación de líderes capacitados para desarrollar una vocación filantrópica y un misionariado ejemplar.
Los nuevos deportes serán utilizados en los dos sentidos que puntualizamos anteriormente. En relación a la burguesía, podrán funcionar como un signo de distinción y afirmación de clase, sin despreciar su potencial disciplinador. Con respecto a las clases bajas y trabajadoras serán utilizados como un instrumento privilegiado para su control y normalización.
En este sentido es que hay que reinterpretar los mitos que han sido transmitidos acerca de la invención del básquetbol. En primer lugar, sobre los motivos de aquella invención. No se trataba sólo de una cuestión climática, sino de la posibilidad de transferir el dispositivo deportivo —que había sido recibido con furor tras el primer partido de fútbol jugado en Springfield en 1889— de un espacio exterior amplio hacia otro más reducido y con posibilidades de su emplazamiento en el edificio escolar.
El escenario reducido del nuevo deporte será un elemento esencial para su rápida difusión en el ámbito urbano, especialmente en las grandes metrópolis. El básquetbol se impondrá primero en los colegios y universidades norteamericanos, progresará luego en otros ámbitos nacionales (militar, laboral, comunidad negra, etc.), y desde allí se propagará a escala mundial.
No obstante, es necesario ver también en la invención del básquetbol, como en la apropiación que se hizo en Norteamérica del rugby o del fútbol inglés, una elaboración que progresaba hacia la espectacularización del deporte, luego de la desactivación de la violencia que caracterizaba a la primera recepción del juego y su rápida expansión.
El surgimiento del básquetbol estuvo íntimamente ligado a aquel proceso de pacificación de los nuevos deportes. Dos años antes del primer partido jugado en la Escuela de Entrenamiento de la YMCA, se había disputado el primer encuentro de fútbol en Springfield, entre las universidades de Yale y Harvard. El partido se realizó en territorio neutral debido a las violentas disputas que se habían suscitado en los encuentros previos (CUBBON, 1909).
La violencia en el juego del foot–ball estaba, sin duda, entre las preocupaciones del medio universitario. Luther Gulick, quien colaboró con Naismith en la invención del básquetbol, había establecido que entre las condiciones que debía reunir el nuevo deporte estaba su necesario alejamiento del juego brusco que prevalecía en el fútbol o el rugby (BROWNE, 1898).
Sin embargo, el único problema no era éste. Existía en aquella época una generalizada protesta en contra de la utilización de la gimnasia sueca, tanto en las escuelas públicas como en los ámbitos superiores de la enseñanza (BROWNE, 1898). La introducción de los nuevos deportes, que provocaban placer tanto en los jugadores como en el público, permitía sustituir o complementar las tediosas y aburridas sesiones de gimnasia por un nuevo y eficaz dispositivo.
Las virtudes del nuevo deporte parecen haber sido reconocidas y aceptadas no sólo por los estudiantes de la Escuela de Entrenamiento de la YMCA. Hacia 1896 el básquetbol se había propagado por toda la Unión, y además de las Ligas formadas por las distintas asociaciones de la YMCA, comenzaban a surgir campeonatos en los cuales participaban equipos de colegios y clubes independientes de la misma (BROWNE, 1898). En 1898 fue creada, a instancia de la YMCA, la primera organización nacional del básquetbol norteamericano, la National Basket Ball Association.
En Sudamérica, Brasil estuvo entre los pioneros: hacia fin de siglo XIX el básquetbol era practicado en el colegio Mackenzie, de San Pablo; en 1908 se jugaban los primeros partidos en el colegio Americano de Barranquilla, en Colombia. En la Argentina, parece ser que el primer encuentro se jugó en Bahía Blanca, en 1910, entre marinos norteamericanos que participaban de los festejos del centenario de la independencia nacional. En Chile, fue en la sede de la YMCA de Valparaíso, donde el deporte fue difundido hacia 1919.
En las primeras décadas del veinte, el nuevo deporte había llegado también a Europa, Asia y África, llevado casi siempre por militantes de la Asociación Cristiana.
Luego de las primeras fundaciones, el básquetbol progresó rápidamente por todo el mundo, mientras los misioneros de Springfield consolidaban la eficacia de su misión.
Springfield College
Fuente:
de la Vega, E. (2006) La gloria del básquetbol. Genealogía del dream team argentino. Homo Sapiens. Rosario.
de la Vega, E. (2006) La gloria del básquetbol. Genealogía del dream team argentino. Homo Sapiens. Rosario.
Bibliografía:
• Browne, Th.: (1898) History, Use, Effects and Limitations of Basketball. Thesis (B. S.), Springfield College.
• Cubbon, R.: (1909) The History of Foot Ball at Springfield. Tesis de Graduación. Springfield College.
• de la Vega, E.: (2006) La gloria del básquetbol. Genealogía del dream team argentino. Homo Sapiens. Rosario.
• Donzelot, J.: (1990) La Policía de las Familias. Pre-textos. Valencia.
• Elias, N. y Dunning, E.: (1992) Deporte y Ocio en el Proceso de Civilización. Fondo de Cultura Económica. México.
• Foucault, M.: (1980) Microfísica del Poder. La Piqueta. Madrid.
• Foucault, M.: (1991) Vigilar y Castigar. Nacimiento de la Prisión. Siglo XXI. Bs. As.
• Gillet, B.: (1971) Historia del Deporte. Oikos-tau. Barcelona.
• Sarmiento, D. F.: (1886) Viajes en Europa, África i América 1845-1847. En: Edición digital de Yolanda Santamaría a partir de Obras de D.F. Sarmiento, Santiago de Chile, Imprenta Gutenberg, tomo V. Disponible en: htpp://www.cervantesvirtual.com/servlet/ServeObras/736711701534627014772590/index.htm
• Weber, M.: (1951)La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo” Editorial Revista de Derecho Privado. Madrid.